sábado, 12 de septiembre de 2009

Feliz Cumpleaños.


Hoy mi mamá cumple 54 años. Y me emociono tanto, aunque ella no lo sabe. Me pongo torpe y se me van a la cresta casi todos los recursos literarios. Por que salen esas palabras simples, desnudas, así como mi mamá, ultra sencillísimas. Y como todos los años, para variar estoy como dos semanas antes quebrándome la cabeza para regalarle algo que le guste y tenga una utilidad en su vida, porque pienso que no hay nada más desabrido que un regalo inútil. O un regalo que dicen que es para tí, pero en realidad es "para la casa". Tu eres algo así como la sucursal de envío, de ese regalo que supuestamente fue comprado pensando en tí, pero no te es útil. Este año el regalo fue unos aros. Hace rato me di cuenta que se estaba comprando aros feos, así que junte la plata suficiente para regalarle unos aros que tanto quería, al típico vecino emprendedor que fabrica joyas y cosas raras. Vecino que en MI VIDA había visto, pero la ocasión lo ameritaba. Y bueno, a la noche vamos a tener una pseudo comida. No somos de cosas así, es más, somos cuatro pelagatos (papá-mamá-hermano-yo) en donde la presencia de tíos y primos es proporcional a la de los abuelos. O sea, NADA. No hay tíos, no hay primos, ni abuelos. Y cero celebraciones multitudinarias. No, si somos lo más fome que hay dice mi mamá. Pero el punto es que a la noche con mi hermano y su polola haremos una súper comida para Mamá, en donde el Papá comprara la torta. Seremos una familia que celebra algo y creo que eso es bueno, porque cada año avanzamos un poquito más. Pero insisto, la ocasión lo amerita, es el cumple de mi Mami, la mujer más aperrada que conozco. De la cual me enorgullesco, ya que le dobló la mano al destino y logró que nos educaramos, a pesar de que las condiciones estaban bien lejos de eso. Y la condición económica baja, que en muchos crea un resentimiento o un gusto por ello, en esta mujer creo un espíritu de lucha que gracias a él, tiene a sus dos hijos en la universidad. Por eso me encanta, porque a pesar de llevar 54 años creyendo en Dios, es capaz de cuestionarlo y creerme cuando le digo que no existe. Me cree cuando le doy bases del porqué este sistema económico vale callampa y de la falta de conciencia que abunda en todos, incluso en ella. Tiene 54 años y aún se sorprende, aún cree en sueños, aún cree en esperanzas aunque con su cara de mamá me siga diciendo que no puedo cambiar el mundo. La quiero tanto, porque me cree, me tiene fé, porque cree en cada idea loca que le digo, porque entiende que somos presas/os de un sistema de mierda. La quiero tanto, porque a pesar de las limitaciones economicas, sociales, culturales, etc. rompió el prototipo, no del todo evidentemente, pero me entregó las herramientas para que yo siguiera con la lucha. La quiero tanto porque me deja volar hasta lo más alto, sólo para que cuando vuelva, le cuente como me fue y me diga en que puede ayudarme. Feliz cumpleaños mamita.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Creer.


Crear,
crear
y
crear.
Hasta cansarme de ello,
hasta ahorgarme en mis creaciones,
hasta desear no crear más,
hasta que la creación me mate,
hasta darme cuenta,
que lo mejor de todo
es poder seguir creando
una y mil veces más.
Y morir, nacer y volver a ello.
Volver a creer.
Y
morir,
nacer
y seguir creando.