miércoles, 7 de julio de 2010

Padre nuestro que estás en los cielos
santificado sea tu nombre
porque eres el ícono de la deserción paterna
y aún así inspiras acato en los hombres.

Perdona a los que dimos un paso adelante
y sobre tu existencia hemos blasfemado
así como también nosotros perdonamos
a los cándidos que esta farsa siguen remozando.

Y no nos dejes caer en la tentación
de adoptar la ignorancia como estilo de vida.
Y por favor líbranos de la inmoral idea
de beber vino sólo en la misa.


Amén.