martes, 3 de mayo de 2011

No existió nunca tanto frío como aquél momento en el que mis labios sintieron el hielo de los tuyos. El frío del último beso congeló el tiempo, y de paso mi vida, y mi corazón. Por que el frío de tu ausencia lo congeló todo. Porque ahora mi cama me queda grande, los días me quedan grandes, todo me queda grande y me hace sentir miserablemente sola. Por que tus recuerdos son la extensión de una herida que cada día se expande más, ramificándose en todas partes. Por que estás mas presente y ausente que nunca y a veces siento que no puedo amarte de forma abstracta, porque te necesito a aquí, esa es la palabra, necesidad de tí. Hace 33 días el frío de tu ausencia lo congeló todo y mis días se resumen a hacer cualquier cosa para calmar mis llantos y no sentir que me cada día me ahogo más en ellos. Solo me queda un amor que ilusamente te espera, a ver si en una de esas ocurre el milagro y despierto de toda esta pesadilla, aunque eso implique despertar cada mañana y sentirme miserable por no tener el valor para asumir que esto es la realidad.