miércoles, 21 de abril de 2010

Resumen de una tarde de abril.

Hoy fue un día extraño. Escuché toda la tarde tres canciones: lo que venga después de la Julieta Venegas, una de la cristina rosenvinge que no me acuerdo el nombre y no te desanimes de Jaime sin tierra. No sé si el día fue raro porque me leí el tarot, porque me motivé con varias cosas que había dejado de lado, porque me gustó una canción de la Julieta, porque me fui por un camino nuevo hacia mi casa o porque tuve una conversación muy sabia con alguien que jamás pensé que era capaz de sacar tan buenas conclusiones. No pensé que era capaz, no por subestimación, sino que simplemente porque era tan desapercibido que no alcancé a pensar nada sobre aquel sabio incógnito. La cosa es que me fumé un pucho en la pieza (acto heróico para mí), me preparé un capuccino que compré ayer en el almacén de la tía Inés y me puse a pensar. Gasté todo el tiempo que debía invertir en el estudio, pensando y ordenando todo lo que estaba a punto de explotar. Además, segundos previos a sentarme a hilar el puente de ideas quebradizas que hoy abundan, encontré un blog de música tan cool, que justo hablaba del disco de Jaime sin tierra y comparaba algunas cancioens con la vida en sí y decía que la vida al final es un viaje, y si es tan largo lo mínimo que podíamos hacer era hacerlo agradable y darle el sountrack que se merecía. Y ahí me quedó la cagá. Invierno hijo de puta que hoy día se hizo tan presente y que sumado a los cien mil sucesos extraños que pasaron hoy, hicieron que escribiera en la pared de mi pieza 20-04-2010 junto a las otras fechas de mis días raros. Y saqué varias conclusiones. Como por ejemplo, que nunca más me leeré el tarot, que botaré un ramo, que no por nada hay un par de personas que están enojadas conmigo y que ser la pareja de la persona que te gusta no siempre es lo mejor. Es como el dicho (para variar yo y mi biblioteca mental de frases) que dice "no siempre lo mejor, es lo mejor para uno". O sea extrapolando la frasecita y contextualizandolo al tema amoroso, lo que concluía con esta persona que conversé, era que al final nadie termina en buena onda con los ex, o sea, el ser pareja de alguien es el pasaje seguro a la futura distancia. Claro, mientras se quieran todo bonito, pero algún día se acabará y y la distancia será algo inminente. Entonces, tanta parafernalia amorosa no sé hasta que punto vale la pena, o quizás es un problema de criterios, porque las cosas serían más fáciles si simplemente cuando las cosas no resultan, nos quedaramos con lo bueno, sin olvidar que la otra persona es un compañero y no un enemigo y así no hacer tortuoso cada final. Que las cosas no se pierdan, que se transformen. Y no se trata de hacerse la buena persona, sino de aprender. Simplemente comprender como actuamos y hacer más amena nuestra estadía en la vida. Como la Gioconda Belli que es una poetiza muy genial que decía algo así como que el hombre que la quisiera no tenía que sentir que el peso del ancla del compromiso le impidiera volar cuando quiera ser pájaro. Esa concepción tan de mierda que hay con los pololeos en torno a la obseción, al sentido de la posesión y todo eso y no hablo de amor libre ni hueás liberales. Al final pienso que la magia de todo está en encontrar compañeros, ya sean amigos, parejas o lo que sea y simplemente disfrutar y eliminar todas esas concepciones de mierda sobre las relaciones en general que nos han impuesto y que están bien lejitos de ser algo sano. Como esa profe que me enseñó que las cosas no eran buenas, ni malas, que al final todo era necesario y que la palabra culpa no debiese existir, sino que deberíamos reemplazarla por responsabilidad. Y básicamente ser libres. Así de simple. Tan simple como encender el notebook a las 4:30 y escribir lo que quisieran mis dedos. Tan simple como decidir que este sería una buen texto para darle unas vacaciones a mi blog y seguir escribiendo por otro lado quizás...



Y como escribió el Pancho en su blog:
"Y escribir porque hay vida, vaso y vino".


Pucha que ando cursi,
pero era necesario esto.
Buenas Noches.