viernes, 30 de abril de 2010


Mathilde, si no puedes llorar, habla. Y si no puedes hablar, calla. Pero, en fin, a veces empezamos a hablar, y nos ponemos a llorar. Y al llorar decimos lo que no hemos dicho al hablar. No sé si me entiendes. Si no, sigue así, con esa cara de boba.