martes, 4 de noviembre de 2008

Tic Tac

Ciertamente la música dejó de ser la protagonista.
Las nubes comenzaron el viaje mucho más temprano
y por lo demás, ni siquiera me avisaron.
En seguida, el palpitar comenzó antes de lo esperado.
No había lágrimas, ni siquiera había noción de tiempo,
definitivamente algo no andaba como de costumbre.
El pertubador tic tac del reloj no paraba de recordarme
la monotonía de la existencia,
en ese vaivén de números y sonidos.
¿Quien preparó esto? ¿Sólo era para mí?
El único que se armó de valor fue mi reloj,
que es un extraño acto de valentía,
cesó el fastidioso tic tac y dió
inicio al espeluznante juego.