domingo, 29 de marzo de 2009

4:17 AM

El panorama se vuelve cada vez más acorde con la temporada. Frías hojas, quebradizas, que caen sin un mayor esfuerzo para conservar un segundo más de vida. Resignadas al destino de ser observadas sólo al momento de morir. Entregadas a nostálgicos recuerdos vanos, que sin querer tienen más vida que la propia historia. Que más pueden acotar mis ojos soñadores, testigos de un destino silenciosamente muerto. Silencio... como suelen ser las agonías.