viernes, 5 de diciembre de 2008

Una estación más.

No, no. Usted me está confundiendo, el papel de victima lo dejé hace rato colgado en el armario de recuerdo indeseables. No se preocupe, no estoy molesta, pero me produce gran desazón que usted venga a hilar una serie de palabras con la finalidad de ablandar mi corazón y sumergerlo una vez más, como tantas. No se preocupe, no le guardo rencor, muy por el contrario, guardo una gran estima, pero esa, no es la llave con la cual usted abrirá mis puertas, que lejos de ser déspota, hace rato no necesitan nada de usted. Es apropiado, que se vuelva sin mirarme a los ojos y tome el mismo autobus que lo trajo hasta aquí, a la estación de mis recuerdos, que si bien ya tiene toda su infraestructura óptima, no es compatible con usted, hace mucho, demasiado diría yo. Bueno, disculpe que lo utilice para expresar ciertas ideas remotas de las cuales usted no debe entender, mire, me está confundiendo y es mejor que comience a caminar, la persona por la cual usted está preguntando hace mucho partió y dudo, dudo demasiado que algun día vuelva.