domingo, 5 de octubre de 2008

Allá.

Y caminé lejos de ellos, de eso y de aquello.
Tan lejos, allá, donde da igual que el día esté nublado, porque el Sol siempre está.
Allá...donde las lágrimas son secadas por mis propias manos,
donde las rodillas sangran pero los pasos no se detienen.
Allá... donde nadie sabra JAMÁS.