Tal vez son más los cigarrillos ingeridos que la comida deseada, quizás son más los sueños rotos que las metas esperadas, quizás era solo un mal día y no el comienzo de una mala temporada, y en una de esas, hasta podía ser sólo un día lluvioso. Y mientras encendía el sexto cigarrillo cayó esa gota, todo en un suave compás de melancolías. Los días lluviosos suelen ser así, nostálgicos, llenos de recuerdos o cosas que ya no están, cosas que en su tiempo dolieron o emanaron felicidad. No se cómo definir ese estado de ecuanimidad que te produce tristeza. Esas ganas de detener el tiempo y plantearse el camino recorrido hasta el momento y llegar a ese punto donde no sabes si reír por tener la fuerza de seguir adelante a pesar de todo o llorar por lo desgastado que te sientes. El no saber cuando seguir, ni saber cuando parar.
Suena High & Dry – Radiohead